Mi hija me pidió para celebrar su santo una tarta solo de chocolate blanco con doble base de galletas y que tuviese alguna figurita comestible de la serie Phineas y Ferb. El caso es que el fondant no es muy amigo de la humedad, así que no podía hacer muchos malabares y se me ocurrió ponerlos nadando, de manera que los coloqué en el último momento con idea de que la capa de gelatina que simulaba el agua no causara estragos en los personajes. A ella le encantó tanto el sabor como la decoración, así que ¡Misión cumplida!
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